Javier Limones se despide del pádel profesional

  • Lo hace con un “hasta luego” y lleno de agradecimientos para compañeros, familiares y patrocinadores. A sus 38 años, el jugador de Mystica deja la competición para dedicar más tiempo a su mujer Cristina y sus hijos María y Javier, tal y como ha informado en un emotivo comunicado en las redes sociales:

    Hasta luego sería el inicio de esta despedida, porque realmente no podré dejar de jugar a este maravilloso deporte nunca, pero sí que se acabó competir de forma profesional. Eso significa que también se acabó estar viajando semana sí semana no, de estar muchos días sin ver a mi mujer y mis hijos, de faltar a mi trabajo como profesor de E.F. en Castell de Ferro en Granada, de no estar con mis niños de competición en mi Campus Pádel Club.

    Pero también significa que ya no tendré las charlas en los desayunos de hotel donde hablábamos de los cambios de parejas que habría o de las caras y pingüinos que le habrá puesto un jugador a otro en el partido del día anterior y con las que tanto nos hemos reído, ni tampoco compartir divertidas cenas por las ciudades que he podido conocer, en definitiva dejaré de ver a grandes amigos que he conseguido estos años y que sin lugar a dudas es el mayor regalo que me ha dado este deporte. Al mismo tiempo la adrenalina ya no correrá por mis venas jugando un mundial con España o unos ¼ de final de un WPT, todos lo que somos jugadores sabemos que no hay nada en esta vida como jugar en una central y ganar un partido importante, pero es ley de vida, y la familia es ahora mi prioridad. Sigo con ganas de competir y me encuentro físicamente mejor que nunca, pero en mi casa me necesitan y no puedo llevar tantas cosas adelante sin descuidar algunas.

    Nunca hubiese imaginado que algún día, ese deporte que no conocía y del cual hablaba mi amigo José Luis Gutiérrez “Guti” en la facultad de INEF podría darme tanto. Ese deporte que mi primera pareja (Iván Aguilar) y yo llamábamos “tenis con paredes” y que consiguió engancharme después de mi etapa como tenista. Por tanto gracias en primer lugar al pádel, porque me ha dado mucho más de los que me imaginé, especialmente recuerdo el mundial conseguido con España en Rivera Maya y la semana vivida con mis compañeros y el gran Jon, las semifinales de Valladolid y el WPT de Granada, con mi gente llenando el Palacio de los Deportes, esas experiencia y otras muchas las guardaré siempre.

    Gracias a mi familia y en especial a mi padre por  hacer que cogiera mi primera raqueta, por todo el sacrificio que hizo por mí para que pudiera llegar a jugar al tenis al nivel que me ha permitido desarrollar mi pádel y por acompañarme siempre que ha podido a mis competiciones.

    Gracias a Joni Aguilar por cubrirme en el club siempre que he estado fuera y por compartir tantos momentos dentro de la pista como pareja de pádel, siempre recordaré cuando ganamos nuestra primera prueba del circuito andaluz o cuando nos metimos en cuartos de final del circuito FEP tras ganar a Rubén Gómez y Dani Gutiérrez.

    Gracias a mis patrocinadores que han estado conmigo desde el principio como jugador profesional, Bullpadel en mi primera etapa; y luego Mystica a través de una gran familia como ha sido Padelmanía, agradecer especialmente a Cristobal al que considero un amigo el trato que ha tenido conmigo estos 3 años, Wilson a través de mi amigo Juanjo Gutiérrez que me ha tratado siempre de 10. Y las empresas Axesor (Santi Martín), La Mafia (Víctor de la Rosa y Migue Martínez), Forch (Jesús Sánchez) y Fisioterapia la Zubia (Javier Pérez) que me han ayudado en todo.

    También gracias como no a mi preparador físico, el gran Francis Molina que me ayudó a recuperar la ilusión por entrenarme y esforzarme más para mejorar, y que en estos tres años ha conseguido que me encuentre físicamente mejor que nunca.

    A todas las parejas en estos años de circuito, todos me habéis enseñado algo distinto, Juanjo Gutiérrez, Marcelo Capitani, Rául Díaz, German Tamame, Ernesto Moreno, Xiki Cepero, David Gutiérrez y por último Víctor Ruiz. A todos mis amigos y seguidores en el pádel por el cariño y el respeto que siempre me han demostrado por donde he ido a jugar.

    Y finalmente a Cristina, la persona que me ha ayudado cuando las cosas no iban bien y me animaba a seguir y la que con su sacrificio ha hecho posible que yo pudiera competir lejos de casa cada semana, sin tu ayuda hubiera sido completamente imposible seguir jugando desde el momento en que vinieron los pequeños Javier y María. Todos mis éxitos son gracias a vosotros.

    Ahora toca estar más con la familia y disfrutar de todos los momentos que me he perdido hasta ahora, aunque de vez en cuando me veréis jugando alguna prueba en verano o algún torneo de fin de semana, y ojo, he lanzado una propuesta al gran Jaime Bergareche para que nos despidamos juntos en Miami el año que viene!

    Así que termino como empecé: hasta luego y gracias por tanto de corazón.